"BIENVENIDO"

No es fácil decir estas palabras:

BIENVENIDO (A) GRACIAS POR SU VISITA.

Sabemos que si nos visitas es porque compartimos el mismo duelo: La partida de un hijo (a) (s).

ESTE ESPACIO FUE CREADO COMO UN LEGADO DE AMOR y ES PARA COMPARTIR "Un Proceso para la Transformación del Dolor en Crecimiento Existencial".

PEDIMOS AL CREADOR QUE ALGUNA DE LAS PALABRAS QUE LEAN, EN ÉSTE, LES AYUDE Y LES DE ALIENTO PARA CONTINUAR:
" AMIGA (O) DEL CAMINO, UN ÁNGEL NOS UNE".

(Si tienen algún comentario, les invitamos a realizarlo, en la parte de los comentarios o en los foros, accediendo a través de los links)

http://padresenduelounangel.foroactivos.net/forum

http://boards5.melodysoft.com/Padresenprocesodeduelo/1.html

A DONDE IR:

7 PASOS PARA LLEVAR UN PROCESO EN EL DUELO: Proceso de Duelo

Compartimos nuestros Testimonios y experiencias vividas: Compartiendo nos ayudamos mutuamente, ya que, como personas que estamos viviendo el duelo por la muerte de nuestro hijo (a). Es precisamente ayudando a un hermano que sufre donde se encuentra la respuesta. FORO - CHAT(REGISTRARSE/MIEMBROS):

http://padresenduelounangel.foroactivos.net/f10-nuestra-experiencia-vivida

RECUERDOS FAMILIARES: https://sites.google.com/site/nuestroangelnosune/

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domingo, 3 de mayo de 2009

PADRES EN PROCESO DE DUELO “Un ángel nos une”


Este es un material que fue recopilado y adaptado en la Cd. de Mérida, Yuc., Méx, en el año 2003 por la comunidad de Padres en Proceso de Duelo en agradecimiento de aquellas personas que se preocuparon por nosotros cuando también pasamos por este suceso de nuestra vida.

Se adaptó en un Proceso compuesto por 7 niveles, la razón es porque el número siete tiene muchos sentidos, es un número Bíblico, es el número de días de la semana, entre otros

Nuestro fin es ayudar a aquéllos que quisieran como nosotros quisimos conocer “Un cómo hacerlo”

En Padres en Proceso de Duelo te proponemos "Un cómo hacerlo" a través de 7 niveles de "La transformación del dolor y Crecimiento Existencial”, para dejar atrás la visión de una vida exclusivamente material y reconocer que existe también una vida espiritual, en la cual aún viven nuestros hijos.

Te invitamos a leerlo lentamente, nivel, por nivel de ascenso, detenerte en el algún nivel si es necesario, retroceder y continuar si también lo consideran preciso. Cuando se terminen el Proceso, volver a comenzarlo y compartir con otros Padres en Proceso de Duelo, sus experiencias, así como ayudar a otros Padres a comenzar este camino… recuerda que en este Proceso la comunicación es importante y el ciclo nunca termina, porque nuestro objetivo siempre debe ser ayudar a otros Padres en Proceso de Duelo.

Comunidad de Padres en Proceso de Duelo “Un ángel nos une”

JUSTIFICACIÓN:

Padres en Proceso de Duelo es una comunidad de personas que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para sobrellevar estos momentos tan difíciles, como son los de la pérdida de un hijo; ya que este sufrimiento nos deja marcados para toda la vida. Además del restablecimiento común, nuestro propósito es ayudar a otros padres a lograr el alivio y la aceptación de esta nueva forma de vida.

Nosotros no buscamos este dolor, pero ya que lo tenemos, lo convertimos en ayuda para otros que están pasando por el mismo dolor.

Nuestro objetivo primordial es mantenernos firmes aún en la adversidad de haber perdido un ser tan querido y ayudar a otras personas que han tenido este tipo de crisis a alcanzar el estado de aceptación y estabilidad.

Pueden integrarse a esta comunidad y formar un grupo todo padre o madre que haya tenido la perdida de un ser tan querido como lo es su hijo o hija y que tenga el deseo de buscar ayuda para compartir la experiencia de esa pérdida.

En la comunidad de P.P.D. creemos que la vida es un crecimiento tanto mental como espiritual y se propone que lo que muera sea el ego y no el ser. Ese crecimiento comienza cuando aceptamos la perdida del ser querido; empezamos a mejorar cuando nos examinamos a nosotros mismos y nos damos cuenta de nuestra propia debilidad.  Debilidad en la forma en que nos negamos a enfrentar nuestro dolor y en la manera como hemos prolongado la autocompasión.

Para nosotros el Proceso del Duelo son escalones para ascender a un nivel superior para dejar atrás la visión de una vida exclusivamente material y reconocer que existe también una vida espiritual, en la cual aún viven nuestros hijos.. Este es el proceso de un cambio de ver la vida: "La transformación del dolor a un Crecimiento Existencial”-

Mediante este Proceso hemos aprendido que estamos lejos de ser perfectos y nos quedaremos igual a menos que aprendamos a hacer algo para superar la depresión en la habíamos caído, debido al dolor, que nos causó la pérdida de nuestro hijo.

En P.P.D. aprendemos que, este momento tan doloroso que estamos pasando, es el que nos ayudará a entender mejor el sentido de nuestra vida; ya que requerimos de un crecimiento espiritual y empezar a ser personas más sensibles al sufrimiento de los demás, a valorar las cosas que realmente tienen sentido.

Admitir que ante lo inevitable, el camino es el de la aceptación pues de lo contrario solo queda el sufrimiento permanente, sobre todo si percibimos que el dolor, muchas de las veces, es la frustración de nuestros planes truncados o el remordimiento de lo no realizado.
Siguiendo un Proceso de Duelo, podemos adquirir valor y estabilidad emocional, dejando atrás el desaliento.

En la comunidad se debe tener un fundamento, que es nuestra recuperación emocional ante la pérdida de nuestro ser querido a través del servicio y la ayuda mutua. Por eso para que este proceso de recuperación sea eficaz, es necesario que nos comuniquemos lo más frecuente posible, y si es viable formar grupos de apoyo sobre todo cuando un ciclo del proceso no ha terminado.

Si ya terminamos el ascenso del Proceso, volvemos a repasarlo retomando el nivel en el que sintamos que debemos trabajar más.

Si nos fuese posible reunirnos, después de cada encuentro, debemos llevar un propósito diario por conseguir; y éste será revisado periódicamente desde el interior de nuestra conciencia…
Podremos comentar las reflexiones afinadas en las próximas reuniones.

La intención es analizar en qué escalón vamos y que podemos hacer para continuar en nuestro proceso de recuperación; para enfrentar y aprender de nuestro dolor, y tratar de otorgarle un sentido a ese sufrimiento y así poder lograr trascenderlo.

Y cuando ya estemos preparados, entonces es momento de ayudar a otros en este mismo proceso... Abriendo otro ciclo acompañando a otros Padres en este Proceso de Duelo.

Se propone crear un espacio cálido y afectivo que acoja a otros Padres que estén en Proceso de Duelo, como nosotros. Y así buscar darle otro sentido a nuestro dolor.

¡La Comunidad de P. P.D. debe ser un espacio que espere y reciba a los Padres como tú y como yo, que sabemos que es pasar por un camino como éste!

Compartamos la esperanza de que si buscamos ayuda mutua será más ligero nuestro dolor.

Si llevamos sanamente este Proceso de Duelo, podremos encontrar un nuevo significado a nuestra vida… Y brindar lo aprendido a otros padres que pudiesen vivir una experiencia similar, así cumpliremos el ciclo de la ayuda mutua.

¡¡¡ Es importante saber que no estamos solos, que nosotros compartimos mutuamente esta esperanza de vida... Permítamos ser acompañados en este Proces de Duelo!!!

Este es un Proceso de recuperación ante la perdida de un hijo (a) que se logra a través de siete escalones que subiremos acompañados unos de otros con el fin de transformar nuestro dolor en un crecimiento existencial u de servicio.

MENSAJE DE ALIENTO:


Solo nosotros, los Padres que hemos conocido el dolor de la partida de un hijo, sabemos de la angustia tan intensa que esto provoca, sentimos que el sufrimiento nos ahoga, no sabemos si seremos capaces de sobrevivir ante esta pena.

En nuestra mente giran muchos CÓMOS... ¿Cómo sobrevivir sin la presencia física de nuestro hijo? ¿Cómo vivir con este sufrimiento a cuestas? ¿Cómo retomar mi vida, mi trabajo, mi rol en la familia? ¿Cómo volver a compartir momentos agradables con mi familia y amigos? ¿Cómo volver a vivir?...

Ante la dolorosa realidad, nos enfrentamos a un desafío difícil y trascendental. Ya que no existe forma alguna para cambiar nuestra realidad. Ante una enfermedad por lo menos tenemos una esperanza en la ciencia, buscamos tratamientos, medicamentos, operaciones, etc.
Pero ante este hecho, la muerte de nuestro querido hijo (a), ¡Esto no lo podemos cambiar! Podremos evadir el dolor, esconderlo en lo más profundo de nuestro ser... O encarar el sufrimiento, verlo de frente y encontrarle un significado...

"QUIEN TIENE UN PORQUE PARA VIVIR, ENCONTRARÁ EL CÓMO"

Somos una Comunidad de Padres en Proceso de Duelo que buscamos ayudarnos y ayudar a otros Padres, que como tú y yo, estamos pasando por la experiencia traumática de perder un hijo.

Intentamos compartir nuestra esperanza, y queremos decirles que los entendemos, que a partir de la pérdida de alguno de nuestros hijos, buscamos reunirnos con la finalidad de compartir y dar testimonio de este PROCESO DE DUELO, que nos ha llevado a hacer un cambio en nuestra vida.

Como Padres en Proceso de Duelo, percibimos lo que están hoy atravesando, sabemos qué es pasar por este pesar; por lo que nuestro único interés es acompañarlos con nuestras vivencias, sentimientos y compartirles el cómo hemos ido recorriendo este Proceso. Sabemos que como nosotros, aunque lo han intentado de todas las formas: con terapias, psicólogos, psiquiatras, medicamentos, calmantes y muchas otras formas más, no logran subsanar este dolor. Y puesto que no existe medicina alguna para esto, se les propone este PROCESO DE ACEPTACIÓN y TRANSFORMACIÓN DEL DOLOR que solo se logra si permitimos ser ayudados y ayudamos a otros a lograrlo.

Aprender a aceptar esta pena y el dolor es nuestra meta, así como encontrarle un sentido al sufrimiento; lo cual requiere tiempo, fortaleza, voluntad y el apoyo de personas que nos comprendan y nos acompañen...

Nosotros no buscamos este dolor, pero ya que lo tenemos, lo ofrecemos, lo compartimos y nos ayudamos.

La muerte de nuestros hijos nos da la posibilidad de acceder a un mundo nuevo y una vida nueva; tenemos la posibilidad de plantearnos ¿Qué sigue después de esta vida? ¿Hay una vida eterna? ¿Qué estoy haciendo con la vida que hoy tengo?

A través de ello podemos liberarnos de nuestras ataduras, de nuestra soberbia para ver hacia delante, ver el sufrimiento de otros que así como nosotros necesitan de esa mano amiga…

En el silencio de nuestro interior debemos aceptar esta pena, esta angustia, aceptar su ausencia, su partida y tratar de reorientar esas energías, canalizándolas y buscando el sentido del legado que nos dejaron, UN LENGUAJE DE AMOR Y ESPERANZA; para poder percibir con una mirada abierta y el corazón atento a los que como nosotros sufren, ser sensibles ante los débiles, ante el dolor, ante los que lloran.

Dejando atrás nuestro mundo tan pequeño, nuestro círculo tan cerrado, nuestro egoísmo y nuestra vida totalmente materialista.

Y permitir darnos tiempo para los demás, apoyar en otras actividades como, el preocuparnos por los que nos necesitan, por aquellos que necesitan esa ayuda; pero se requiere tener ese tiempo, que muchas veces decimos no tener, para trascender en nuestra vida y sentirnos satisfechos por haber ayudado a otro que como tú o yo esta pasando por este sufrimiento.

Comenzar este Proceso no es fácil pero hay que decidirse a dar el primer paso, escalar estos niveles para llegar a una elevación existencial, el nivel de la vida transcendental y de servicio.

PRIMER NIVEL para Padres en Proceso de Duelo: "Reconocer la pérdida"

 "Reconocer la pérdida"

En el Proceso de Duelo tenemos que aceptar que nos sentimos derrotados ante el dolor, que nos sentimos desfallecidos ante la perdida de nuestro (s) hijo (s), que no es nada fácil recuperarnos de esta angustia; que nuestra vida dio un giro, que nos sentimos inseguros del mañana, y nos preguntamos: ¿Y ahora qué vamos hacer? ¿Qué pasará?

Por experiencia, sabemos que lo primero que sucede en nuestra mente es la incredulidad o negación "No, no mi hijo, ¡NO!..., entonces nos enojamos, nos rebelamos y viene la DEPRESIÓN.
¿A quién le agrada aceptar la pérdida de un ser querido? ¡A nadie!

Nos rebelamos a la idea de que somos impotentes ante la perdida de nuestro hijo (a).
Cerramos los ojos a la realidad, es algo verdaderamente difícil admitir…

¡Que a nosotros nos haya pasado!

Haber perdido algo tan valioso, como lo es nuestro hijo (a).

Nuestras mentes se obsesionan, pensando y repasando una y otra ves cómo sucedió o quizás lo que pudimos haber hecho para evitarlo o tal vez, el por qué permitimos ciertas situaciones, en fin ¿Cuántas cosas no nos pasan por la mente…?

Removemos día con día nuestros pensamientos... ¡Ninguna perdida es tan dolorosa como ésta!
¡No aceptamos que nuestro hijo haya fallecido!

Los recuerdos se ha convertido en un devastador afanoso, nuestra voluntad se debilita, no logramos resistirnos a esos pensamientos, repasamos y repasamos cada momento vivido.
Es necesario aceptar este simple hecho; en nuestra vida existe una derrota completa.
 
Pensamos que ya nada será igual, que hasta quizá nuestra vida ha terminado, que no podremos resistir ante tanto dolor y que nada, ni nadie podrá ayudarnos a superarlo.

Entonces llegamos a la conclusión, que solo un acto de providencia puede hacer que aceptemos y superemos nuestro dolor.

Por esto, al participar en una comunidad de P.P.D., ésta nos ayuda a cambiar nuestro punto de vista respecto al dolor.

Nos damos cuenta de que ante lo irreversible, frente aquello que no puede ser cambiado, solo queda ACEPTARLO; pero solo uno tiene la libertad de elegir la actitud con que enfrentaré mi dolor y solo seremos capaces de dar los primeros pasos hacia nuestro recuperación emocional, si aceptamos lo que sucedió, lo que hemos perdido, solo así podremos transformar ese dolor.

¡No es fácil, lo sabemos!: ¡¡¡Nosotros también pasamos por estos momentos, por eso te lo afirmamos…!!!

Es de muy poco el provecho que puede obtener la persona angustiada que asiste por primera vez a una Comunidad de ayuda, si no se da cuenta, de su debilidad ante el dolor; porque si acaso logra tener calma, será muy frágil y no encontrará una tranquilidad verdadera, después de la perdida de su ser querido, si no acepta su derrota ante este sentimiento depresivo, será necesario que esté convencido de que precisa ayuda…

Posiblemente ya ha buscado alivio de otras formas, como analgésicos, distractores, terapias o hasta bebidas embriagantes. Podrá tratar de llenar ese vacío con cosas superfluas, materialistas, con exceso de trabajo, actividades extras o diversiones desordenadas. Más no se logrará la aceptación total de la pérdida y la recuperación auténtica, hasta que no reconozcamos humildemente, que no se puede solo ante el dolor; hasta que no admitamos el completo vencimiento ante el dolor... Un dolor, tan sutilmente intenso, que ningún poder humano podría restablecernos.

Pero aunque nos duela la aceptación de nuestra impotencia ante el dolor, esta es la que se convierte, finalmente, en el firme cimiento sobre el cual podemos edificar una vida útil y feliz junto a las personas que todavía continúan a nuestro lado, ya que es necesario darnos cuenta que no estamos solos.

A personas como nosotros, el dolor nos ha llevado a otros caminos, a un cambio de vida, a ver el mundo de otra manera, a dejar esa vida, que hasta ahora llevábamos, completamente materialista y ver la vida de una manera trascendental; este dolor nos da otra visión de la vida.
Es aquí, en una Comunidad de Padres en Proceso de Duelo donde le hemos dado sentido a este dolor y sólo entonces, se han abierto nuestras mentes al convencimiento de que necesitamos y estamos dispuestos a liberarnos de esa obsesión por el sufrimiento, el autocompadecimiento y la derrota; pero cabe aclarar que solo con la voluntad, y sin ninguna ayuda, sería casi imposible vencer esa angustia.

Solos, es casi imposible salir adelante, por lo que necesitamos ayuda. Sin ella es probable que no encontremos firmeza duradera para vivir tranquilos, y es aquí donde la podemos encontrar, ya que el fundamento sobre la cual esta cimentada nuestra Comunidad, es la de la mutua-ayuda.
¿Cómo buscar el sentido de las cosas en este momento de nuestra vida? ¿Quién es capaz de sacrificar su tiempo y sus energías llevando a los que sufren un servicio: un mensaje de aliento?

El doliente típico, egocéntrico en extremo, no se sentirá atraído por este proyecto; quien no esta convencido de que su dolor lo esta encerrando y llevando a un abismo sin fin, quien no se quiera dar cuenta que su dolor esta dañando a las personas que están a su alrededor… aquellas personas que aún le sobreviven y lo necesitan…

Quien no permite ni siquiera ver a aquellos que quieren ayudarlo a superarlo, no será capaz de encontrar otra solución que la de continuar aferrado a su recuerdo, lastimándose y enterrándose junto con aquél que se ha ido, aquel que se le adelantó. A menos que queramos encontrar otra solución, que decidamos intentarlo, pues quizá hemos probado todo sin resultado favorable y tengamos que aceptar que para continuar nuestra vida, debemos reconsiderar la practica de este Proceso.

Sólo quedan dos caminos, continúo abrazado a mi sufrimiento, encerrándome en y con él; o hago la prueba de transformarlo a paz espiritual. ¡Fácil, no es! pero ¿Me quedo con el otro camino? ¿Por qué no intentarlo de otra manera?

He aquí cuando habremos alcanzado este primer nivel, el reconocer la pérdida de nuestro querido (s) hijo (s), y aceptar que solos no podemos superar este dolor y que necesitamos de ayuda...

La aceptación es el primer paso para tu recuperación... Si acéptalo, solo no puedes salir de tu propia angustia…

Si ya alcanzamos el Primer Nivel del Proceso de Duelo, en el cual hemos reconocido la pérdida de nuestro hijo (a) y de que no nos queda otro camino que el de aceptar que solos no podemos superar este dolor, que necesitamos ayuda... Podemos avanzar al Segundo Nivel de este Proceso de Duelo.

SEGUNDO NIVEL para Padres en Proceso de Duelo: "Aceptar que solos no podemos, necesitamos de ayuda"

"Aceptar que solos no podemos, necesitamos de ayuda"

Al comenzar nuestro Proceso de Duelo, nos hemos hecho el propósito de aceptar la ayuda que nos ofrecen para superar este dolor; es necesario admitir que no podemos depender de nosotros mismos para aliviar el dolor que sentimos por la pérdida de nuestro hijo (a) que no podemos continuar normalmente con nuestras vidas, que todo cambió, que nos hemos reducido a un estado de impotencia absoluta y hemos tenido que convencernos de que no podemos superar por sí solos esta angustia… ¡Que necesitamos ayuda!

Quizá nos pasamos el día sufriendo o recordando; tratando de ocultar nuestro dolor, tratando de aceptar nuestra realidad.

Pero si profundizamos sobre el problema, nos damos cuenta que nuestra creciente susceptibilidad ante el sufrimiento, nos ha hecho víctimas, ya que la mayoría de las veces, solo ocultamos el dolor, se ha decidido simplemente no pensar en ello o sustituimos el sufrimiento pensando en cosas vanas, superfluas y evitamos hablar de aquello que nos lo haga presente; pero en el momento menos pensado y ante circunstancias de la vida que nos recuerdan al ser querido, caemos en la depresión y buscamos llenar esa ausencia que sentimos por medios no tan idóneos.

Hemos llegado a un punto en el que quizá ya no reaccionamos en forma apropiada, hacemos las cosas automáticamente, solo nos queda "vivir como podamos”, sin sentido, sin esperanza… Pero es en la Comunidad de ayuda mutua, donde se nos orienta que cuando no podamos nosotros solos con nuestro sufrimiento lo entreguemos, que aceptemos que necesitamos de algo más que nuestra voluntad y nuestra fuerza para superarlo, porque esa fuerza tiene que venir de algo Superior a nosotros.

Y es aquí donde escuchamos que debemos confiar en Dios. Sí en ese Dios que puede quitarnos la obsesión del sufrimiento, de la depresión.

Pero alguno de nosotros podría ser que no queramos creer en Dios, otros no podamos y aún más, que estemos resentidos contra Él o que hasta lo culpamos de nuestro sufrimiento. O puede ser que los que creemos en Él, no tengamos la humildad, la fe suficiente, para pedirle que haga el milagro, de aliviar nuestro sufrimiento; menos en este momento, en el que pensamos que nos quitó algo que nos pertenecía.

Por esto en este escalón es necesario tener fe, y tener fe es creer, confiar en que sólo algo más fuerte que nosotros podría darnos esa fortaleza para superar el dolor, creer en algo superior a nosotros, y poner nuestra confianza en Él.

Qué Él nos da el remedio para ese dolor. Aceptar y permitirle que nos libere de nuestro dolor, de nuestro sentimiento de culpa, de nuestra debilidad, de nuestra frustración, de nuestros remordimientos.

Solo pidiéndole humildemente a Dios que trasforme nuestro dolor en una paz interior, solo aceptándolo a Él, es como logramos avanzar y vencer el dolor...

Y aceptarlo a Él, es aceptar que existe una vida espiritual, en donde habita nuestro hijo (a).
Este Nivel requiere de la admisión de la inestabilidad de nuestras vidas, ¿Cómo podemos subir este escalón y continuar con nuestra vida si nos sentimos solos, aunque alrededor de nosotros haya tanta gente que nos quiere y que nos necesita? Obviamente, ha sido necesario "levantar" el fondo que muchos de nosotros hemos tocado; y tratar sinceramente de llevar a la práctica este Proceso.

Si no tocamos fondo y reconocemos que uno solo no puede vencer el dolor de la perdida de su hijo (a), será más difícil superar esta etapa del Proceso. ¿Quién desea confesar su sufrimiento egoísta a otra persona y reconocer su impotencia ante la muerte?¿Quién quiere reconocer que con su dolor y encierro en sí mismo, hace daño a las personas que están a su alrededor? ¿A quién le interesa saber en estos momentos de su vida acerca de la necesidad de un Dios de la meditación y la oración? Pero por este solo pensamiento se confirma, se ratifica la creación de Comunidades de ayuda-mutua para personas que se enfrentan con un sufrimiento anímico, espiritual, una verdadera conmoción existencial inevitable.

Es aquí donde la Comunidad asiste a cada Padre en Proceso de Duelo, rescatando todas las experiencias positivas y ayudándolo a cambiar todo lo que necesita ser cambiado. Es este el momento de entrégale a Dios el sufrimiento, el sentimiento de culpa, es aquí donde la muerte encuentra respuestas en nuestra vida. Por la experiencia de otros y nuestra, sabemos que se supera la etapa de aceptación cuando confiamos en un Ser conocido o desconocido llamado Dios.

También nosotros, sentíamos que el dolor era mayor que nuestra propia vida y ahora hemos aceptado esta pérdida con entereza, y permitimos que nuestra vida tome otro sentido. También puedes intentar recurrir a la misma fuente y tratar de obtener el mismo resultado.

Te invitamos entregarle y a pedirle a Dios, el alivio a tu sufrimiento , te proponemos convertirlo en una ofrenda "Que irónico, yo que sufro, ofrezco ese sufrimiento …" Pero es una forma de darle sentido a ese sufrimiento y a la vez dejar de sufrir … que paradoja … pero es real … te exhortamos a intentarlo …"

Aunque una cosa es creer en un Dios que creó, el cielo, la tierra y el universo; y otra muy distinta es creer en Él, creerle a Él, que esta presente en nuestra vida, confiarle nuestra vida a Él y creer que Él, puede ayudarnos en nuestra recuperación emocional. Se nos ofrece este camino; si quieres hacer la prueba, si ya lo has intentado de otras maneras y no te ha dado resultado, te ofrecemos este Proceso, solo necesitas abandonar tu dolor y entregárselo a Él, si te interesa aquí estamos los que lo hicimos y nos funcionó. Ya que como tú habíamos vivido demasiado tiempo con ese dolor que nos hacía la vida insoportable, que nos abatía y nos incitaba a pensar negativamente, que no nos permitía continuar disfrutando de lo que teníamos y de las personas que todavía estaban a nuestro alrededor.

El aceptar que no podemos depender de nosotros mismos, y que tenemos que recurrir a algo Superior a nuestras fuerzas, a Dios, para lograr una estabilidad emocional, es el Segundo escalón que debemos subir. Tú decides si continúas este Proceso de Duelo entregándole a Dios tu sufrimiento y aceptando humildemente su ayuda o regresas a tu sentir, al sufrimiento ante la perdida de tu hijo. Es el momento de decidir si continuamos así, si prolongamos nuestro dolor, solos, o nos fijamos en cómo otros, en situaciones similares, han obtenido la fortaleza de superarlo.

¿Queremos, seguir sufriendo y hacer sufrir a quienes nos rodean?

¿O buscamos esa ayuda de un Dios, de un PADRE MISERICORDIOSO, que nos toma en sus manos y nos abraza en el dolor, un Dios que es Superior a nosotros mismos?
La ayuda de un Dios hermano, JESUCRISTO, que vino a este mundo y conoció, como tú y como yo, el dolor...en la cruz y por eso nos entiende.

De un Dios ESPIRITU SANTO, de AMOR, que es aquél quien nos ayuda, nos da la fortaleza y es quién puede habitar en nosotros.     Si realmente necesitas ayuda, Dios te puede ayudar, si has tomado la decisión de superar tu dolor, es necesario hacer un esfuerzo y para lograrlo y la mejor forma es, pidiéndole a Dios humildemente que transforme nuestra debilidad, nuestra angustia, el sufrimiento y nos dé paz interior; y cuando lo hagas, habrás alcanzado este Segundo Nivel."Déjate ayudar, buscalo a Él, acéptalo en tu vida, cree, ten fe y sigue adelante en este Proceso de Duelo..." En tus manos esta la decisión, si lo que quieres es ser ayudado, aquí estamos para ayudarte y si estas dispuesto a aceptar y dejarte ayudar por Dios,  si quieres tener fe, pídeselo, poco a poco lo lograrás, entonces estará preparado ((a)  para escalar al Tercer Nivel.

TERCER NIVEL para Padres en Proceso de Duelo: "Perdona, perdonate y pide perdón"

 "Perdona, perdonate y pide perdón"

Este Tercer Nivel del Proceso de Duelo consiste en reconocer nuestras debilidades; analizarnos, examinar acerca de aquellos seres a los que atribuimos la causa de nuestro dolor, o que culpamos por nuestra perdida, aquellos a quienes no queremos o no podemos perdonar. Es el momento de percatarnos de aquellos a quienes de alguna manera hemos dañado. Percibir que nos hemos cerrado a hacia los demás, debido al sufrimiento que estamos pasando; pero que ahora estamos dispuestos a perdonar y pedir perdón. Nunca, el ser humano es confrontado tan abruptamente con el sufrimiento, la culpa y la muerte… como cuando se pierde un hijo.

Hemos visto a padres quedarse con estos sentimientos de culpa, remordimientos y frustración por largos períodos de tiempo, pueden ser años, y en muchos casos puede prolongarse de por ¡TODA LA VIDA! Hay situaciones que no pueden ser cambiadas, en las que sólo queda la actitud a tomar. Y ante esta condiciones nos preguntamos si la vida aún tiene sentido. Algunos le temen a la percepción de lo que les espera, mientras que otros se dan cuenta por primera vez, en su vida, del VACIO EXISTENCIAL que experimentan desde siempre, y que ha sido el compañero inseparable de sus vidas. Dentro de nosotros, en lo muy profundo de nuestro ser, nos damos cuenta que esto que nos sucede no es una enfermedad, sino una EXPERIENCIA EXISTENCIAL, por lo que no hemos encontrado ayuda adecuada en instituciones o con profesionales, ya que solo aquél que lo este pasando es capaz de entender este sufrimiento.

Puede ser que justifiquemos nuestro proceder, nuestro encierro en nosotros mismos y que algo nos impulse a seguir abrazando nuestro dolor; pero si ya decidimos ascender los dos primeros Niveles…Si ya aceptamos que no hemos encontrado la solución para reconstruir nuestra vida por sí solos, si ya logramos confesar que necesitamos ayuda, que debemos dirigirnos a algo exterior a nosotros. ¡Si ya reconocimos que necesitamos de algo más poderoso que nosotros, que nos dé esa FORTALEZA! Entonces será necesario buscar, en lo más profundo de nuestro corazón y de nuestra mente esa fuerza, que es tan capaz, que va más allá, del misterio de la vida o de la muerte... entonces sigue éste Nivel que es el tiempo de reflexión, de meditación y de análisis.

Aprender a no realizar las cosas por impulso, sino meditarlo…¿A quién le he causado algún daño, a quién, humildemente, tengo que pedirle perdón? ¿A quién considero culpable?
Y quizá, si es posible, deba hablar, aclarar y...¡perdonar! Es probable que nos sea difícil admitir nuestras faltas ante nosotros mismos, ante otras personas o quizá ante Dios. Pero si analizamos sinceramente nuestra vida, veremos que nosotros hemos hecho daño, que hay mucha gente sufriendo por nuestro egoísmo o que nosotros sufrimos por el de los demás. Entonces ¿Quiénes somos nosotros para reclamarle a aquél que da la vida? ¿Qué ganamos con no perdonar a los que consideramos culpables? ¿Se soluciona algo? ¿Cambian las cosas?

Reflexionemos lo que hemos conseguido cuando queríamos superar solos este dolor, solo logramos ocultarlo y no pensar en el sufrimiento que hay en nuestro interior.

Sí, ya ACEPTAMOS que solos no podemos y que sin ayuda es más difícil salir del dolor, entonces es el momento de continuar, PERDONAR y del cambio de actitudes, no seguir haciéndonos daño con nuestros propios recuerdos y frustraciones, buscando responsables de lo ocurrido.

Es importante perdonar, si no puedes solo, si sientes que no puedes perdonar, pílele al SEÑOR, que te ayude, que te de la capacidad de perdonar. Puede que nos sea difícil admitir nuestras faltas, ya que muchas de las veces nos guardamos por dentro nuestras penas, nuestras frustraciones; pero tarde o temprano de alguna manera se manifestarán.

Hay ocasiones en que encontramos en este Nivel del Proceso de Duelo la dificultad o incapacidad de ser sinceros con nosotros mismos, el error más grave de todos es, no darse cuenta de nuestras propias faltas o no querer aceptar que nosotros mismos creemos que nos han hecho daño... Quizá ocultamos en nuestro interior algún rencor, algún resentimiento; pero recuerda que la mala voluntad y resentimiento nos enferma, nos daña emocionalmente y físicamente; y que mientras más guardemos rencor, más difícil será arrancarlo de nuestro corazón y esto dificultará nuestro Proceso de recuperación; más aún si el resentimiento es hacia ti mismo o hacia Dios.

El egoísmo y el rencor no dan buenos frutos, solo con amor y perdonando es como podemos continuar nuestro Proceso de Duelo, si nuestros recuerdos nos atormentan, es el momento que pidamos perdón o perdonemos, solo así estos sentimientos sanarán y se transformaran. En este momento se nos invita a actuar, a perdonar y a pedir perdón, posiblemente tu mismo (a) te tengas que perdonar, date esa oportunidad de proporcionarte tu mismo, tu perdón…

Muchas de las veces no nos damos cuenta siquiera que nosotros mismos no nos perdonamos... Que necesitamos perdonarnos, no ser tan duros con nosotros mismos, y con los demás… Aceptar que somos imperfectos, reconocer humildemente que somos “unos seres humanos”, que aún ante el error más grande… existe la comprensión… el perdón.

En el silencio, si eres creyente ante el Sagrario, o donde tu te sientas más refugiado en Dios, ahí, haz oración, medita, reflexiona, llora, pide perdón y si tu corazón te lo indica pídele perdón a aquellas personas que consideres que necesites pedir perdón, pero lo más importante, date la oportunidad de perdonarte tu mismo (a) haz esto siempre en la presencia de Dios y Él te irá sanando, te irá reconfortando.

Si te perdonas, si te atreves a perdonar a aquél que sientes que te hizo daño… sea quien sea… y permites que te perdonen, y te perdonas a ti mismo (a) entonces habrás escalado este Tercer Nivel... NO IMPORTA CUANTO TIEMPO TE LLEVE ESTE ASCENSO, TRABAJA EN ESTE NIVEL, MEDITA Y PERDONA, hazlo en el silencio, en tu interior, o expresándolo, como mejor te acomode… pero permítete perdonar entonces será el momento de pasar al CUARTO NIVEL


CUARTO NIVEL para Padres en Proceso de Duelo: "Ama y permite ser amado"


"Ama y permite ser amado"

En Cuarto Nivel del Proceso de Duelo debemos continuar con la reflexión provechosa para nuestro diario vivir. Quizá en el pasado no nos dábamos cuenta de nuestra forma de vivir, vivíamos y ya; es probable que a nuestra manera nos preocupáramos por nuestros seres queridos y por los demás; posiblemente buscando las cosas materiales, desarrollándonos en nuestro trabajo o profesión, pero es hasta ahora, es recurriendo a este momento que nos da la vida, que podemos hacer un examen de conciencia, ver, observar lo que ha pasado en estos años de nuestra vida.


Casi ningún doliente, si esta encerrado en su sufrimiento egoísta, puede siquiera soñar en modificar el dolor en una transformación de vida. Debemos aprender a aceptar y entregar, pero esto no quiere decir resignarnos como víctimas. Significa tener una inclinación consciente y sincera; unir todas nuestras fuerzas a Dios; significa reorganizar todo lo que hemos hecho y, transformar el dolor, la ofuscación en un crecimiento gradual.


Significa una entrega de nuestra voluntad, dejarnos guiar por Él, aunque no lo podamos hacer inmediatamente, sino abonarse y renovarse constantemente hasta que esto se vuelva parte de nuestra naturaleza, para que la tentación de actuar impulsivamente y caer nuevamente en la depresión aprendamos a manejarla y desaparezca gradualmente .


Para nosotros que experimentamos esos cambios de ánimo, emocionales y sentimentales, sabemos que no es fácil entendernos; aunque son parte de este proceso biológico y psicológico de aceptación que nunca habíamos imaginado vivir tan intensamente, pero que debido a la pérdida de nuestro hijo, tenemos que aprender a manejarlos, para no permitirnos caer nuevamente en ese abismo en el que vivíamos.


A partir de nuestra pérdida entendemos que no viviremos eternamente en este mundo material y que cada día es una oportunidad de comenzar de nuevo.


La mayoría de nosotros hemos hecho catarsis quizás durante el velorio o los días posteriores con los amigos y familiares; pero al conocer esta comunidad advertimos inmediatamente, que "no somos los únicos que sufren", nuestra perspectiva cambia inevitablemente, sabemos que los que estuvieron alrededor nuestro quizá no entendían la magnitud de nuestro sufrimiento, pero estos Padres que ahora conocemos, ellos sí saben lo que sentimos, ellos si entienden lo que vivimos, porque tanto tú como yo, lo hemos experimentado.


Nosotros consideramos P.P.D. como una Comunidad de crecimiento interior y transformación. Pero todo cambio asusta y más si es existencial. Y aquí es donde nos acompañamos unos a otros para dar ese gran salto, necesitamos apoyarnos, fortalecernos para que se de ese gran cambio, que después de todo, sólo puede darse en la más absoluta soledad existencial y descansando en ese Ser al cual conocemos como Dios, en la dimensión y según nuestro propio entendimiento que tengamos de Él. Y es quizá en este momento que se tenga que reforzar nuestras creencias espirituales si es que fueron cimentadas en la niñez. Acercarnos más a Él, conocer su palabra, su Evangelio, su propuesta de vida, en comunidad, en amor...


Es ahora cuando aprendemos a meditar cotidianamente, a prestar atención a los errores que cometemos ante nosotros mismos, ante otras personas, y en especial ante nuestros seres queridos; es el momento de aprender a admitirlos espontáneamente y repararlos. Comenzar cada día, con una nueva esperanza, dando amor a los que aún nos sobreviven, sin el apresuramiento, desesperación y la indiferencia en la que vivíamos.


¡Hoy debemos decirles cuánto amamos a los que nos rodean!


A veces no conseguimos reconocer el daño que nos estamos haciendo, y es hasta que nos demos cuenta de ello, es cuando podremos estar dispuestos a hacer enmiendas.Si nos analizarnos, es probable que observemos que a la persona a quien más hemos perjudicado con nuestra actitud derrotadora es a nosotros mismos, por lo tanto, debemos meditar nuestra actitud hacia nosotros mismos, así como hacia los demás. Repararla hasta donde nos sea posible, dar amor, comprensión y por medio de esto podremos observar que mucha gente está ansiosa como nosotros de encontrar paz espiritual, espera AMOR, de nosotros hacia ellos.


A partir del sufrimiento nosotros los Padres en Proceso de Duelo, aprendemos a dar, a ayudar. Nos confrontamos y aprendemos que ya no debemos preguntarnos sobre el sentido de la vida, más bien, vernos nosotros mismos como los que estamos siendo cuestionados, y que la pérdida de un hijo es la pregunta más importante que la vida nos ha hecho y es el momento de responderemos a estas interrogantes: ¿Marcará la diferencia entre una vida llena de sentido, quizá por primera vez o la convertirá en una vida sumida en la desesperanza y la tristeza?


Más aún ¿Se verá la diferencia entre encontrarle sentido a la partida de nuestros hijos o lloraremos para siempre sobre las preguntas sin respuestas, permitiendo así que nuestra vida sea destruida, precisamente, por esa persona que tanto amamos?


Si nuestra elección es vivir nuestra vida en homenaje a nuestros hijos, los haremos trascender de acuerdo a la forma en que la vivamos: RESPONSABLEMENTE Y DANDO AMOR.


Nadie puede vivir nuestra vida por nosotros, nos podemos ayudar mutuamente, compartiendo experiencias; pero nuestra oportunidad se encuentra en la forma en la que enfrentemos nuestras fallas y el saber que, el sufrimiento puede tener sentido, nos ayudará a darnos cuenta de la oportunidad que tenemos de un CRECIMIENTO PERSONAL Y ESPIRITUAL.


La persona que sufre la pérdida de un hijo, solo tiene dos caminos: Encerrarse en su EGOÍSMO y seguir haciendo daño a los que AUN NOS SOBREVIVEN y nos rodean, y que con el paso de los años tendremos más dolor por lo que se pudo hacer y no se hizo…O convertirse en Padres más sabios, más amorosos, más receptivos hacia aquellos que los necesitan, preparados para extender una mano o prestar un hombro hermano; olvidando cualquier rencor, o amargura; empatizando con otras personas, que así como nosotros han conocido el dolor: el dolor de la enfermedad, del abandono, o de la muerte...


Nosotros los PADRES EN PROCESO DE DUELO sabemos que es un deber retomar y no prolongar por más tiempo nuestro resentimiento hacia los demás. De este modo, los Padres que estamos integrados en una Comunidad de ayuda-mutua, somos testimonios vivientes de la superación de nuestro dolor y de aquellos que no nos dejamos abatir por el abismo del sufrimiento.


Aunque en el transcurrir de nuestra vida seguimos cometiendo errores cada día, por lo que es necesario hacer una reflexión diaria para poder evaluar nuestro progreso. Es importante reconocer nuestras fallas día a día y proponernos una tarea por conseguir, quizá amar más a mi familia, hacer mi trabajo con más entusiasmo o participar en actividades de carácter solidario, puesto que es vital poder crecer espiritualmente, con aquello que yo pueda dar.


Conforme más me dé, será mejor mi recuperación, mientras más me deshaga de mi egoísmo, de la soberbia, del materialismo, más llevadera será mi vida y veré con otros ojos el dolor; ya que empatizaré con aquellos que estén pasando por un sufrimiento similar y este se transformará en bienestar espiritual. Seguir este camino nos beneficia a nosotros mismos y a las personas que todavía están aquí, que todavía podemos disfrutar, amar; y esto es lo menos que les debemos a nuestros hijos, esos hijos que se nos adelantaron, que ya tuvieron el encuentro con EL SEÑOR.

Por lo que es tiempo de llenar ese vacío, amando, entregándonos a los demás, disfrutando

nuestra vida con las otras personas que sí están presentes junto a nosotros y a las que si no te acercas, acabarás alejándolas cada vez más, ya que por recordar tu sufrimiento, te olvidas de los que en este momento te necesitan, tanto como tú los necesitas, de otra manera tu proceso se truncará, tu sabrás si continuas y subes un escalón más y pasas al Quinto Nivel... o te quedas aquí estancado...

¡Nunca es tarde, ahora hay que amar, hay que ayudar, para no seguir en ese vacio existencial!En esta Comunidad de Padres en Proceso de Duelo se nos motiva a reparar ese abismo que habíamos creado, quizás desde antes de la muerte de nuestro hijo, ya habíamos hecho un gran abismo en nuestro hogar, con nuestros seres queridos y es exactamente este sufrimiento el que nos hizo descubrir todo el vacío que había en nuestra vida...

En este Nivel se te invitó a AMAR Y PERMITIR QUE TE AMEN... A SER AMABLE... ¿Quieres continuar este Proceso de Duelo…? Entonces es tiempo de pasar al Quinto Nivel


QUINTO NIVEL para Padres en Proceso de Duelo: "Análisis de nuestra conciencia" ¿Qué debe ser cambiado?

"Análisis de nuestra conciencia"

¿Qué debe ser cambiado? ¿Podemos tener una vida diferente...?

A veces pensamos que hemos superado el dolor; nos distraemos con tantas cosas en la vida, que "momentáneamente olvidamos"; pero hay otros momentos que quizá caemos en la catarsis, el volver atrás, en recordar esos momentos dolorosos de lo sucedido, y lo que es más aún, caer en un lamento continuo, consecuencia lógica de este tipo de Procesos; así también podemos caer en la exploración de emociones tan encontradas y negativas, propias de los primeros tiempos después de la partida de nuestros hijos. Pero que a fin de cuentas si nos mantenemos en este Nivel testimonial, se nos hará muy complicado encontrarle sentido a este sufrimiento, será más difícil superar este dolor.

Nuestro propósito es vivir y superar estos momentos de caídas y aceptar... no caer en la inmersión prolongada. Pero aún así, si caemos en esos momentos, no nos desesperemos... es algo "normal en este proceso", nuestra subidas y bajadas... El propósito de la Comunidad de Padres en Proceso de Duelo no es sólo recordar que hemos perdido un hijo, sino que habiéndolo perdido, no queremos vivir como lo estábamos haciendo, sino transformar nuestra forma de vivir... no seguir viviendo en un materialismo desmedido, sin sentido... y darle un verdadero sentido a nuestra vida.

En el Quinto Nivel del Proceso de Duelo, le pedimos a Dios, la capacidad para aceptar y reconocer su voluntad, las fuerzas para no seguir viviendo como hasta ahora lo estábamos haciendo. Aceptar que fue la voluntad de Dios que aunque no lo entendamos ahora "para algo" sucedió, pues es este sufrimiento el que nos ayudará a buscar el mejor camino, el del amor, aunque sabemos que es difícil admitirlo.

Aceptar que podemos tener una vida diferente a la que llevábamos, hasta hoy, en la que solo existía la vida material; para que nuestra vida, no solo gire en poseer, tener, sino empezar a reconocer que hay mucho que dar, ayudar, compartir, esperar...

Comenzar cada día, con una nueva esperanza, dando amor a aquellos QUE AUN NOS SOBREVIVEN. Y en especial ofrecernos para ayudar a otros que así como nosotros estén pasando por momentos tan difíciles, como lo es el de la pérdida de un hijo.

Hemos sufrido tanto, que el amar se convierte en la tarea a cumplir a través de la vida; se convierte en un ofrecimiento, aprendemos a ofrecer cada día de nuestra vida. Al lograr hacer la experiencia de reflexionar, habremos podido comenzar a confrontarnos con nuestra conmoción existencial. Y por medio del testimonio y el diálogo, la reflexión o meditación, podemos compartir nuestras experiencias con otras personas que vivimos y estamos llevando este Proceso de Duelo.

Si practicamos este Proceso de Duelo, tarde o temprano nos surgen el análisis de nuestra conciencia, todo lo bueno o malo que hemos hecho y por sobre todo surge aquello que debe ser cambiado... Y esta claridad nos ayuda a no seguir viviendo en un materialismo desmedido, sin sentido... y darle un verdadero sentido a nuestra vida. Entonces será el momento de pensar en que tantas personas, como nosotros, tienen este u otro sufrimiento, ¿consecuencia o prueba?, no sabemos, lo importante es que personas como nosotros nos entendemos, ya que el sufrimiento nos hizo más sensibles para entender el dolor; y también nosotros entendamos el dolor del prójimo que sufre, quizá por una enfermedad o una perdida como la nuestra, es el momento especial para empatizar con el otras personas que así como nosotros sufren.

¡NOSOTROS TE ENTENDEMOS, PORQUE HEMOS VIVIDO LOS MOMENTOS COMO LOS QUE TU VIVES! A personas como nosotros, el dolor nos a llevado a otros caminos, a un cambio de vida, a ver el mundo de otra manera, a dejar esa vida completamente materialista y ver la vida de una manera trascendental. Aprender que trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar. Aprendemos a vivir el aquí y el ahora, para preparar nuestro futuro… eterno. Este es el momento en que debemos pensar que también algún día partiremos hacia el creador, que lo material quedará aquí y nos reencontraremos con nuestro ser querido... Y entonces viene la pregunta...¿Cómo viví en este mundo?¿Mi vida es solo materialista o pienso también en la Trascendencia?¿Acepto que mi hijo (a) solo murió en el cuerpo material; pero que sigue vivo (a) en la eternidad, que su espíritu sigue vivo? Y ahora es el momento de tener presente cómo nosotros nos sentíamos antes de comenzar este Proceso y cómo nos han acogido, ayudado desde nuestra primera participación, en ese espacio donde los Padres más antiguos y que han llevado este Proceso de Duelo, van atendiendo a los nuevos, en una atmósfera distendida, de manera cálida, e interesándose por ellos.

Es el momento de meditar cada día, continuar este Proceso de transformación, dejar esa vida completamente materialista, ver la vida de una manera trascendental y aceptar esta vida que existe en donde está nuestro hijo (a), la vida Espiritual. Y comenzar a donarnos aprender a darle un sentido a nuestra vida, A TENER TIEMPO PARA EL SERVICIO, PARA DARSE A LOS DEMÁS… y es entonces cuando habré dado el siguiente salto, habré subido al Sexto Nivel.

SEXTO NIVEL para Padres en Proceso de Duelo: "Llena tu vacio existencial con la reflexión, la meditación y adhesión a un Servicio".

"Llenar nuestros espacios diarios, en la reflexión, la meditación y adhesión a un Servicio".

Después de haber superado el Nivel en donde lo que predominaba es la catarsis del momento sufrido, y considerando que no sería sano quedarnos en lo mismo, ya que nos pasaríamos en un estado de lamento continuo, lo cual fomentaría el papel de victima, corresponde pasar a este Paso de un Análisis de Existencialismo.

En este Nivel buscamos en nuestro inconsciente espiritual, con recursos interiores, a través de la reflexión, la meditación y la oración, la respuesta de nuestro análisis existencial, y ya no interrogamos a la vida, sino la vida nos presenta una pregunta extremadamente dura: ¿Qué estamos haciendo con ella y que haremos de ella?

Las respuestas deben ser basadas en la acción y no meramente impulsivas, por lo que representa una dimensión espiritual. Ya que muchas de las veces nuestras ideas, se quedan en el deseo, en ilusiones.

Este es el momento más importante en donde debemos aprender a dejar ir a nuestros hijos con permiso, dejar el enojo y la rebeldía atrás y concentrarnos en que hacer con nuestras vidas de aquí en adelante, es la etapa del desprendimiento.

Pero el desprenderse no significa olvidarlo, sino es recordarlo; pero enfocando su partida en un sentido, en el de la transformación de nuestra vida.

Vivir responsablemente, con AMOR, valorando a todos aquellos que amo y me aman, aquellos que están cerca de mí. ¿Eso no significa que nunca vamos a volver a sufrir el dolor de la perdida, o vamos a olvidar?

¡No! Pero debemos aprender a dejarlos ir con permiso, pues después de todo, es lo más importante que hemos hecho en la vida; aunque puede no gustarnos, es algo que debemos aceptarlo, permitirlo y respetarlo.

El sentimiento de culpa será entonces resuelto a través del cambio existencial, y la muerte, ahora se convierte en estímulo para la acción responsable. Es en este Nivel en el que tenemos que reconocer que "nuestros hijos ya no han de volver".

Que ellos siguen vivos pero en otra dimensión, en la Espiritual, ahí en ese no tiempo y ese no lugar, donde se encuentra Nuestro Creador...

Ellos van a estar siempre presentes en nuestros pensamientos... pero vamos aprender a manejar nuestro dolor, ofreciéndolo, transformándolo en servicio, ellos van a ser el motor, el sentido de la ayuda, y donar ese tiempo que le correspondería a él, en honor a ese amor que le tenemos, lo compartiremos con otros Padres que así como nosotros están pasando por el amargo momento de la pérdida de un hijo, que estén en un Proceso de Duelo o quizás en algún otro servicio generoso.

Así es: ¡El sufrimiento puede ser disipado a través del servicio!

Esta tarea de análisis existencial continúa a lo largo de toda nuestra vida, y esta es una de las razones más importantes para la permanencia de los Padres en Comunidades de ayuda mutua.
Es necesario continuar recordando el NUEVO SENTIDO de nuestra vida, para no caer en el vacío, para no permitir que esa herida vuelva a surgir, utilizándola de pretexto para devastarnos, o que ante tantas circunstancias que nos falta recorrer por el camino por la vida quizá nos hagan volver a caer en la depresión.

En este Sexto Nivel del Proceso de Duelo le damos sentido a nuestro sufrimiento transformándolo y dándonos cuenta que es una oportunidad para el crecimiento personal y espiritual por lo que tratamos de mejorar nuestro contacto consciente con Dios, y con los demás, mediante la oración, la meditación, el examen de conciencia diaria y el servicio.

Después de haber llegado a esta Nivel del Proceso… ¿Queremos retroceder, continuar con ese estado depresivo en el que habíamos caído? ¿Seguir viviendo haciéndole daño a aquéllos que todavía nos viven, aferrándonos continuamente al sufrimiento y el hundimiento?

A partir de la ausencia de nuestro hijo, en este Proceso de Duelo, se nos invita a ver la vida de una manera muy diferente... aprender a manejar los problemas, a cambiar el valor de las cosas; a ya no preocuparnos por las cosas superficiales, frívolas, a dejar que lo material adquiere menor importancia y el AMOR, LA COMPRENSIÓN, Y EL SER, sea el fundamento de nuestra vida.

En este Nivel nos motivamos a llenar nuestros espacios diarios, en la reflexión, la meditación y adhesión a un Servicio.

Si realmente decides transformar tu vida, es indispensable que realices tu reflexión diaria, mediante la oración, la meditación y el servicio.

Se te motiva al seguimiento nivel por nivel de este Proceso de Duelo y a compartir con otros Padres en Proceso de Duelo nuestras experiencias y nuestros logros del durante el Proceso.
Esta es una oportunidad de comenzar una nueva forma de vivir… Si queremos continuar con este Proceso de Duelo se hace necesario recurrir al Séptimo Nivel.

SEPTIMO NIVEL para Padres en Proceso de Duelo: "Continua el ciclo...ayuda al que sufre a alcanzar la paz interior"


Este es un ciclo y ayudando a un hermano que sufre es donde encuentra la respuesta. "Esclarecimiento, liberación”, que significa llegar a un estado de paz interior.

Este Nivel lo podemos llamar de "esclarecimiento", para la trascendencia de los problemas analizados a un nivel existencial: “liberación”, que significa llegar a un estado de paz interior, pero también haciendo uso de la responsabilidad que viene de la libertad, dándonos cuenta que somos responsables frente a nosotros mismos, frente a la sociedad y frente a Dios; pero sobre todo frente a aquéllos que en los momentos difíciles de la vida nos están mirando y protegiendo, y que son nada menos que nuestros seres queridos, quienes nos han precedido en el viaje evolutivo que llamamos muerte.

Ahora nosotros somos capaces de responder a las preguntas del "destino" en la forma más elevada posible, a través del ejercicio de la oración, meditación y reflexión de los valores de actitud, que en este momento del Proceso, se vuelven contagiosos en nuestra comunidad.

Ya que nuestro dolor se ha transformado en aprendizaje, sí, un aprendizaje doloroso, pero que no somos lo únicos que lo hemos sentido y que es necesario que nos humanicemos y solidaricemos con aquellos que como nosotros han sufrido algún tipo de pérdida.

Una de las experiencias que más aprendizaje nos puede dar es la de compartir nuestras vivencias con otros Padres que también están en Proceso de Duelo, con ellos transitamos por este camino, elaborando juntos nuestro duelo, ya que solamente nosotros, los Padre que hemos tenido este sufrimiento, podemos comprendernos.

Muchas de las veces solo en el dolor vemos a los demás... Aunque quizá por ahora no lo entendamos... En este dolor, Dios que nos ama, se fijó en nosotros y...

¿Cómo darnos cuenta de ello, si vivíamos una vida materialista? ¿Si no le dábamos la importancia necesaria a la vida espiritual y transcendental? ¿Si no éramos capaces de transformar nuestra vida?

Si nuestro dolor lo convertimos en una ofrenda de amor, en un entender, empatizar, ayudar al que sufre, entonces nuestro dolor tendrá sentido y nuestra vida tendrá un objetivo... Ayudar a otros.

Nuestra fortaleza es intentarlo con la ayuda de ese Ser Poderoso, Misericordioso, que solo quiere nuestra transformación… la transformación de nuestra vida, una vida más humana y con una mirada hacia los demás... es doloroso aceptarlo, pero solo a través del dolor, podemos endurecer nuestro corazón lastimado o sensibilizarnos hacia el apoyo a los demás.

La comunidad se expande al máximo de su potencial cuando cualquier miembro trasciende sus sentimientos expresados en el nivel de análisis existencial y comienza a trabajar como ayudador, para apoyar a otros a superar esta etapa del dolor por la perdida de su ser querido....

Y es así como el propósito de Padres en Proceso de Duelo se cumple, un ciclo se cierra, y comienza otro… cuando podemos ayudarnos mutuamente a superar el dolor, la frustración y encontrar el sentido a nuestras vidas.

En este Séptimo Nivel del Proceso de Duelo, se nos invita continuar practicando la transformación de nuestra vida materialista y el despertar a la vida espiritual.

Así como a tratar de llevar este mensaje a otras personas, invitándoles a realizar este proceso y siguiéndolo nosotros mismos con nuestras acciones.

Es ayudando a otros como podemos darle sentido a nuestro sufrimiento y la trascendencia de nuestra vida...

Cuando ayudamos a los que como nosotros tienen un sufrimiento, es como, lograremos recordar a nuestro hijo (a) homenajearlo y le damos sentido a nuestra nueva forma de vida, por necesidad espiritual o por agradecimiento a aquéllos Padres en Proceso de Duelo que nos ayudaron cuando nosotros pasamos por este momento tan doloroso en nuestra vida y para ayudar a aquéllas personas que como nosotros han sufrido la pérdida de un hijo (a).

Cuando uno inicia a distanciarse de su dolor y comienza a prestar más atención al de los otros, frecuentemente se menciona que nos faltan palabras en el lenguaje para describir sus sentimientos íntimos, y que más que una "felicidad" o satisfacción de un deber cumplido, es más una sensación de que "todo esta bien y que está uno finalmente en paz con la vida y que quizá esa fue la realidad de su sufrimiento"

En la experiencia, sabemos que hay Padres que han podido resolver su dolor más rápido que otros y así obtener una mejor calidad de vida. Éstos son capaces de trascender su sufrimiento y comienza a ayudar al hermano que sufre. Son personas importantes como ayudadores, siempre con la palabra justa, con una actitud consoladora mientras se convierten no solo en referentes para la comunidad, sino también en referentes sociales y esto demuestra que la única forma de ser ayudados es ayudando al otro.

Estos Padres se consideran a sí mismos responsables por sus propias vidas y han llegado a ver en la muerte de su hijo una pregunta muy importante que espera ser respondida…

Que precisamente ayudando a un hermano que sufre es donde encuentra la respuesta.

Pero es sin lugar a dudas la aceptación, la ayuda, la fe y dejar que Dios sea el bálsamo de nuestro sufrimiento lo que ayuda a superar mejor nuestro dolor, en este Proceso de Duelo.

Si eres capaz pensar en el otro, entenderlo y ofrecer tu ayuda, acompañarlo para que él también supere su dolor, entonces habrás llegado al Séptimo Nivel, estarás colaborando en esta Comunidad de ayuda mutua... PADRES EN PROCESO DE DUELO

Pero este es un ciclo, es un proceso que se evalúa día a día... te invito a leer y releer paso a paso, evaluar el Nivel en el que estás... si te estancas en alguno, ora, pídele a nuestro SEÑOR JESUCRISTO que te dé la luz, la paz interior, ofrece tu dolor y cuando hayas llegado a la aceptación...al perdón, a la meditación, al análisis de tu existencia, a la transformación de tu vida material, en servicio, a ser ayudador para que otros lleven este Proceso … entonces habrás alcanzado el Séptimo Nivel... ¡Y esta será una nueva forma de ver la vida!

Quizá los problemas de cada día, tu trabajo, o “tu falta de tiempo” te hagan pensar en flaquear...
No te preocupes a todos nos pasa... por eso TE INVITAMOS A ESTAR EN CONSTATE COMUNICACIÓN, para que esta transformación no sea pasajera, sino una realidad en tu vida, ten paciencia, que poco a poco se dará. AUN ASI RECUERDA ¡QUE SIEMPRE CONTARÁS CON LA AYUDA, DE UNOS PADRES EN PROCESO DE DUELO Y CUANDO NECESITES UNA COMUNIDAD QUE TE ENTIENDA, BUSCA UNA DE PADRES EN PROCESO DE DUELO!
¡UN ÁNGEL NOS UNE, TE INVITA A SER AYUDADOR PERMANENTE!

Padres en Proceso de Duelo es un espacio para compartir...

Te invitamos a formar parte de esta Comunidad de ayuda mutua, para Padres en Proceso de Duelo; nos une la pérdida de uno o más de nuestos hijos, así mismo aquellos hermanos, familiares que comparten con nosotros está nueva e inevitable, etapa de nuestra vida, porque después de ésto la vida nos cambia y queremos que sea para ser mejores seres humanos... y aprendamos a compartir todo...empezando por el dolor... hasta la forma como nos estamos recuperando.

Padres en Proceso de Duelo es un espacio para compartir, hablar, reflexionar y escribir nuestras experiencias vividas hasta el día de hoy...el mañana el tiempo lo dirá...

En Padres en Proceso de Duelo te proponemos un "Un cómo hacerlo" a través de 7 niveles de "Crecimiento Existencial y transformacíón del dolor"

Sabrás...


Sabrás del dolor y de la pena de estar con muchos, pero vacío...
Sabrás de la soledad de la noche y de la longitud de los días...
Sabrás de la espera sin paz y de aguardar con miedo...
Sabrás de la soberbia de aquellos que detentan el poder y someten sin compasión...
Sabrás de la deserción de los tuyos y de la impotencia del adiós...
Sabrás que ya es tarde y casi siempre imposible...
Sabrás que eres tú el que siempre da y sientes que pocas veces te toca recibir...
Sabrás que a menudo piensas distinto y tal vez no te entiendan...

Pero sabrás también:

Que el dolor redime...
Que la soledad cura...
Que la fe agranda...
Que la esperanza sostiene...
Que la humildad ennoblece...
Que la perseverancia templa...
Que el olvido mitiga...
Que el perdón fortalece...
Que el recuerdo acompaña...
Que la razón guía...
Que el Amor dignifica...

Porque lo único que verdaderamente vale es aquello que está dentro de ti, y por encima de todo esta Dios.

"Descubrelo y así hallaras la verdadera Paz"

Les prestaré a uno de mis hijos...



El Señor dijo:

Les prestaré a uno de mis hijos durante algún tiempo, para que lo amen mientras viva y lo lloren cuando muera. Pueden ser seis o siete años, o veintidos o veintitres.

Pero ¿Podrán cuidarlo por mi hasta que yo lo vuelva a llamar?Les alegrará con sus encantos, pero su estancia será breve.

Tendrán sus hermosos recuerdos como consuelo para su dolor.

No puedo prometerles que se quedará, ya que todo lo de la tierraregresa.

He buscado por todo el mundo verdaderos maestros y, de las multitudes que llenan las filas de la vida, Yo los he elegido a ustedes.

Le darán todo su amor sin pensar en lo infructuoso del esfuerzo.

Tampoco me odien en el momento que vaya a llamarlo, a traerlo nuevamente conmigo.

He creído escucharles decir:"Querido Señor, hagase tu voluntad. Por toda la alegría que tu hijonos traerá, correremos el riesgo del sufrimiento.

Lo abrigaremos con ternura, lo amaremos mientras nos permitas y, por la felicidad que hemos conocido, siempre te estaremos agradecidos... Pero, si los ángeles lo llaman mucho antes de lo que deseamos, soportaremos la amarga pena y trataremos de entender"

"GRACIAS SEÑOR POR LA OPORTUNIDAD QUE TUVIMOS DE TENERLOEN NUESTROS BRAZOS, HABERLO PODIDO BESAR Y DECIRLE CUÁNTO LO QUEREMOS"

Gracias por su visita!! Esperamos que esta página le ayude en su Proceso de Duelo.

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